1. Dar forma a las manos
En esta etapa la arenisca está en bruto y maleable. Trabajo la tierra con pellizco, con bobina o con la técnica de plancha o incluso estampación. Cada pieza se fabrica y manipula una a una.
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2. Girando
A continuación, la pieza debe secarse pero permanecer lo suficientemente flexible como para poder girarla. A esto se le llama consistencia del cuero. Aquí es cuando refino las formas usando una herramienta especial y sello la parte inferior de mis piezas. También es cuando la tierra tiene consistencia de cuero que la decoro con un pincel. Luego, cada pieza debe secarse completamente antes de poder cocerla por primera vez. El tiempo de secado varía dependiendo del tamaño de las piezas y del clima. Por ejemplo, el secado será mucho más lento en invierno debido al frío y la humedad.
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3. Hornear galletas
Una vez que la pieza esté completamente seca, llega el momento de meterla al horno para su primera cocción, que se llama cocción de galleta (o degourdi según el tipo de arcilla). Durante esta cocción el horno generalmente sube a 980 grados. Se necesitan unas diez horas para alcanzar esta temperatura, luego unas 24 horas para enfriarse antes de poder abrirlo nuevamente para sacar las piezas.
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4. Esmaltado
El siguiente paso es el acristalamiento. Por primera vez, la terracota ya está solidificada pero sigue siendo porosa. Aplico esmaltes que hago yo misma a partir de materias primas naturales y sin ningún ingrediente tóxico.
Luego, las piezas esmaltadas se devuelven al horno para la segunda y última cocción, esta vez a 1270 grados. Esta temperatura puede variar dependiendo de los ceramistas y tipos de arcilla. El esmalte se comportará como vidrio y se fundirá, haciendo que las piezas no sean porosas. El horno se vuelve a movilizar durante 48 horas antes de poder retirar las piezas terminadas.
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